miércoles, 6 de septiembre de 2017

Vivir ¿qué significa vivir? Derechos humanos, el rol comunitario y el Informe Final de la CVR. Por Alejandra Orós Vengoa.

    A 14 años de la entrega del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. El ensayo realizado por Alejandra, llama a cuestionarnos sobre la sociedad en la que nos estamos construyendo; de una sociedad que busca reconstruirse desde una reflexión crítica y con-sentido de empatía. La autora toma como referencias para su texto, la versión fotográfica de Yuyanapaq -para recordar (2015), la película de Salvador del Solar- Magallanes (2015), y el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR, 2003). Este relato, viene cargado de emociones, reflexiones e interrogantes que Alejandra trata de responder-se-. Como estudiante y ciudadana señala algunas alternativas para generar la recuperación e integración de las personas afectadas por el conflicto armado interno a la vida pública y social del país, ella lo hace desde una introspección muy íntima y personal. Los invito y animo a leer el ensayo de principio a fin. Adelante.
    Luego de haber visto el interesante libro “Yuyanapaq”, haber leído detenidamente la lectura de “Las secuelas de la violencia” y haber visto la película “Magallanes”; puedo decir que realmente lo que sucedió en aquellos tiempos fue un hecho traumático que ha afectado en gran manera a las personas que estuvieron presentes en aquellos terribles acontecimientos. Quizás hasta el día de hoy siguen viviendo con el mismo temor de que vuelva a ocurrir semejante violación a sus derechos, y tienen razón para dudar y desconfiar, pues no es de menos todo lo que soportaron-tiempos de violencia (el subrayado el mío).
    El daño que ellos llevan ahora no solamente ha sido físico, sino lo que es peor, llevan heridas en su alma que no pueden sanarlas poniendo “una curita encima” o dejando cicatrizar porque sí. Así como perdieron a su familia, sus recursos, sus propios hogares, su propia dignidad. ¿Cómo recuperan todo ello? ¿Quién les devuelve la alegría de vivir por un futuro esperanzador? ¿Quién les asegura que un día despertarán sin miedos y sin la sensación de que algo les falta? ¿Quién les cura el pensamiento de que sí hay personas en quienes se puede confiar y encontrar apoyo? ¿Quién les devuelve la vida?
    El rol del psicólogo comunitario es más que trascendental en la vida de las víctimas, cumplir bien con su rol, cambiar las actitudes y pensamientos de las personas para que puedan vivir de una mejor manera, tanto individual como colectivamente. Realmente es un trabajo muy arduo, nadie dice que sea fácil, pero las víctimas están dañadas y por tanto, se les debe tratar con cariño al mismo tiempo de creer en sus capacidades para salir adelante. Asimismo, no sentir lástima por ellos, sino acompañarlos en el proceso de superar cualquier situación, cualquier dolor, cualquier trauma…Actuar también como seres humanos ayudando a otros seres humanos, nadie está libre de cualquier desgracia, y aquí es donde juega la empatía del psicólogo comunitario y en lo que radica su ética, respetando los derechos humanos de estas personas que han sufrido. Entender que no han sido respetados, el psicólogo comunitario debe acompañarlos en el proceso a recuperar esa fortaleza que si bien es cierto depende en parte del exterior, pero no es nada si las víctimas no colaboran con su cambio, de lo cual yo creo que son totalmente capaces.
    Al ver las fotografías del Yuyanapaq, me imagino estar en la piel de esas personas, hasta puedo sentir que mis latidos se aceleran más. Al leer los testimonios de las entrevistas hechas a las víctimas, puedo sentir cómo ellos procesan mentalmente su dolor, son totalmente conscientes y bueno sería que en realidad no hayan sentido nada; que pudieran olvidar el dolor así como nosotros somos capaces de salir curados de la pérdida de un ser querida, de una ruptura o de la pérdida de algún bien que luego recuperamos, para ellos no es así de fácil. Al ver “Magallanes” pude entender aún más cuán profundo es el dolor que ha dejado el terrorismo en la vida de las personas, que el dinero no cubre todo el daño causado, no cubre las heridas psicológicas ni la calidad de vida que se les arrebató, ni se les devuelve el presente diferente que pudieron tener. Celina (la ñusta), después de muchos y largos años todavía vive con el miedo y desconfianza de volver a ser vulnerada por sus perpetradores (el subrayado es mío).
    Por esto, es necesario que como sociedad actuemos para superar las secuelas de aquel conflicto y adoptar actitudes y acciones políticas que atiendan a los requerimientos de nuestra sociedad; y que este trabajo no tenga un límite de término sino que continúe para prevenir cualquier situación similar- para que no se repita. Ayudar y apoyar socialmente a las personas, para hacer valer nuevamente sus (nuestros) derechos humanos. Lo recomendó la CVR, y como sociedad debemos participar activamente (el subrayado es mío).

Personalmente (para Alejandra) este tema inspiró algo con un tono sentimental en mí, quizás poético, quizás artístico, aunque no me considere una maestra en esto, escribí lo siguiente mientras pensaba y me internaba imaginatívamente en aquellos tiempos:
Vivir, ¿qué significa vivir? Si en cualquier momento alguien te arrebata las alas y pisotea tus plumas, y aunque luche por reconstruir artificialmente algo que me ayude de nuevo a volar, ¿cómo impido mirar abajo y recordar la dolorosa caída?
Pues la gente me puede despreciar, pero ellos no entienden mis heridas, la gente solo me critica pero no ve que ya es suficiente con mi propio enemigo en la cabeza. Aquel enemigo que es mi única compañía en mi soledad, que me recuerda día y noche momentos bañados de sangrante zozobra.
Olvidar, ¿qué significa olvidar? Si el sol, las nubes, los animales, el viento, el campo, el verde pasto, todo… todo me hace recordar al lugar aquél de mi infancia, la que extraño y de la que huyo a la vez.
“Piensa en un futuro mejor”, “piensa que ya pasó”, pero,  ¿quién me devuelve mi pasado, las horas, los días y los años perdidos?, las lágrimas derramadas a lo largo de mi vida y de lo que me queda por vivir, vivir… ¿qué significa vivir? 
(Alejandra Orós Vengoa)
Fuente:
- Comisión de la Verdad y Reconciliación (2003). Informe Final de la Comisión de la Comisión de la Verdad Reconciliación. Lima: CVR.
- Instituto de Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (2015). Muestra fotográfica Yuyanapaq. Para recordar. Relato visual del conflicto armado interno en el Perú, 1980-2000. Lima: IDEHPUCP. Recuperado de http://idehpucp.pucp.edu.pe/yuyanapaq/
- Salvador del Solar (2015). Magallanes. Lima.

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